En tres retazos

Al mismo que me condena Articulos de Alfonso Piñeiro, publicados en cualquier soporte,
con memoria o sin fortuna, que llegaron o que no quisieron quedarse...
y algún experimento de periodista que busca su espacio en la red

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Confidencialba Mi actual proyecto profesional, del que soy editor.
Sus principios son independencia, crítica, certeza e información.

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ContraTitulares Primera experiencia blogger.
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La aventura terminó cuando dejé Madrid por Albacete... pero cualquier día regresará

Adios, Madrid

20080421

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Ibas fino, fino... ¡Del revés!

Y catapum, chimpún, han pasado tres años desde que se echó el Vaticano a las espaldas. Vaya forma de celebrarlo que tiene el Santísimo: dejándose ese cuerpo serrano y alemán (achtung: tenía seis años cuando Hitler subió al poder), por la tierra del único gran imperio vivo, con permiso de la Nación del Islam: Estados Unidos. Los de América, por si hubiere dudas.



Además de aniversario oficial, el Inquisidor supremo ha cumplido 81 añitos de frescura y lozanía sin igual. Deben ser, son, los años de estudio teológico, la vida de erudito de las cosas de Dios, que es aquello que lo inmaterial vuelve material para que pueda ser aprendido. Ejemplo práctico: un credo se reza en el tiempo en el que se cocina un huevo pasado por agua. Pues eso: vestir de filigrana intelectual unas cuantas verdades indiscutibles que ya quisieran para sí los creadores de opinión (a), o los autores de la propaganda política (b). Que, a lo mejor y después de todo, resulta que (a) y (b) son la misma basura. Léanlo con la boca pequeña, que nunca se sabe quién está al acecho en el café de al lado de la barra.

El inquilino de San Pedro me ha vuelto a dejar medio tibio. Bluff. Le he visto a lo largo de todo el quinto día de la semana (el viernabadingo, como bien lo denomina mi buen y madrileño amigo Krusty), y tenía cierto rayito de esperanza, cierta fe de ex cristiano renqueante. El motivo: las consecuencias posibles del tour por la yankeelandia del bueno de Biendicho. (Adenda: el nombre papal latino del elemento, traducido alla brava, es como el apellido de don Carlos, el presidente de la Plataforma Popular Gay, el mismo que un corte de radio que circula por Internet convierte en verdad el rumor acerca de un gallego que manda mucho en el PP. Qué cosas).

No se me pierdan. Estábamos con Benedictus y su paseíllo con los globetrotters de la Curia. El dieciseisus de los Benitos romanos ha cerrado su glorioso periplo en la “zona cero” de Manhattan. Allí donde dos aviones tiraron por los suelos la imaginería del poder financiero. Y donde 3.000 inocentes pagaron con su vida las batallas de aquellos que nunca conocerán el olor de la sangre derramada. Por algo es irrebatible aquella máxima de que las guerras las organizan unos que se conocen pero que no se matan, y las realizan otros que no se conocen pero que acaban matándose entre ellos. Y si quieres saber más, alístate. Basta con echarle un vistazo a Farenheit 9/11 para saber cómo se las gastan los reclutadores de recursos humanos militares en los iueséi.

Como les decía, tenía cierta gana de ver cómo se las gastaba en la broma nacional dirigida por G.W. Bush el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Lo mismo, pensé, le da por pegarle un tirón de orejas: oye, tito, mira que te digo, en Irak ya han caído tantos como en tus queridas Twin Towers, y ya no te tiembla el pulso como aquel fatídico martes, cuando estabas leyendo un libro de cuentos infantiles. Y lo leías ¡del revés! Ibas fino, fino. Vaya chutazo que te dio la noticia: “América está siendo atacada”.

Lo mismo, se me ocurrió al ver las imágenes del Papa en la ONU, le recuerda al vaquero texano que su país se ha saltado a la torera taytantas resoluciones de las Naciones Unidas que le piden a Israel que relaje la pestaña. O le mete en la llaga del costado el molesto recuerdo de la 1441, de la que se escojonciaron cuanto quisieron los amigos de la guerra y algún que otro difunto actor, que en paz descanse, que confundía el onanismo con la Asociación del Rifle.

Y no. Ratzinger va y se despacha con un rezo “por los que fallecieron y por los que sufren las consecuencias de la tragedia que tuvo lugar en 2001, y por Estados Unidos, para que el futuro traiga una mayor solidaridad, un creciente respeto recíproco y una renovada fe”. Ahí, con un par. Como ha acostumbrado a hacer la de Babilonia desde hace 1.695 años, cuando descubrió en Milán qué podía pasar si alguien se ponía del lado de quien corta el bacalao. Y tan tranquilo. Aquí no ha pasado nada. Con tanto cristiano que se partió la cara, y que se la parte hoy, para combatir las injusticias.

Por si no tenía suficiente, don Joseph se congratula por haber sido “testigo de la fe y la devoción de la comunidad católica de esta nación”. Fe en la moralina, devoción de carne quemada en cada corredor de la muerte. Y esto era el amor al prójimo como a uno mismo.

Eso, Benedicto. Tú, a lo tuyo. No vaya a ser que alguien te confunda con la saga Bin Laden. De hecho, no lo harán: la familia de Osama tiene infinitas más opciones de influir en la política estadounidense que tú. Business are business. Así que sí. Mejor, sigue rezando.


Publicado el 22 de abril de 2008. Página 5

20080414

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Capitán. Mande firmes

Sólo le queda ser negra. Y, encima, pasando revista el Día de la República. Con un par de chacones. Y no será por falta de colores: roja, verde y morada, dicen. Lo de roja me da un poco de risa: rojos, rojos, lo que se dicen rojos, no quedan ni los imitadores de posteridad del príncipe Kropotkin, ahora que ese nombre lo es más de grupo modernito electrónico meterruidos que de vestigio del anarquismo.



De cara a la foto y el borrego (ups, ep... el votante), decir que uno es sandía (rojo por dentro, verde por fuera), no está mal del todo. A Schröeder le funcionó hasta que Zapatero se ciscó en las opciones de Merkel. Con lo experto que es el muchacho de ojos azules en desviar el tiro, el amigo Gerhard empezó a preparar bártulos el mismo día que Zapatitos largó su pronóstico para los teutones.

Rojo, risa. Verde, pues bueno, pues de acuerdo. Hoy en día ser algo verdoso es casi tan aséptico como comprarse un aparato de TDT. Tiene poco de moderno y no digamos ya de revolucionario, pero al menos es funcional. Si no eres algo ecologista, aunque sea la puntita, pues no sintonizas. Se te ve casposillo, fofón de ideas, extrañamente friki, como fuera de la vida y del mundo. Desde la Juliana de Valeriano Belmonte, hasta la Rocío de Joaquín Sabina, todos te van a pegar un repaso de cuidado.

Rojo, risa. Verde, aséptico. Morado, pues un poco más de lo mismo. Hoy es morado, o sea, feminista, hasta el más carca de los Legionarios de Cristo. Lo de la mujer en la cocina, cuando se trata de hablar al exterior, no se le ocurre ni al más torpe de los machorros. Que los hay, por no hablar de la cantidad de señoronas bienpensantes, o de víctimas sociales de baja estofa, que por falta de educación y de autoestima tragan con carros y carretas. Desertoras de sus propios derechos personales que suman, sin saberlo, su ignorancia a la ignominia.

Pero que sean de postín, no quita que a doña Carme (y no Carmen, lo siento mucho por los de la urticaria con Els Paisos), no se le identifique con esos colores. Sociata, ecologista y feminista. Por no sumar: arco iris, de la paz; senyeril, por catalana. En fin. Qué divertido imaginarse a tanto chusquero, de los de adarga antigua y maltrato a la soldadesca, poniendo el grito en el cielo por el nombramiento de la ministra. “Pepe, qué vergüenza, dónde vamos a llegar, con lo que tenemos que aguantar y ahora ésta de jefa nuestra, vaya unas fuerzas armadas de pacotilla, yo me borro”.

Pues que se borre. Da alegría comprobar que al final va a ser verdad aquello de que la política evoluciona, las sociedades cambian, los pajarillos cantan y las nubes se levantan. Si alguien siente que le han metido una flor en el culo, como le pasó el día que se aprobó el divorcio express, o que se decidió llamar matrimonio a lo de los muchachos que quieren a los muchachos o las mujeres que desean a las mujeres, ése es su problema.

“Capitán. Mande firmes”, ordenó la ministra. Y el capitán mandó. Y su gleba armada se puso firme. Ojalá fuera verdad lo que añadió su antecesor José Antonio Alonso: que todo se ha hecho en un ambiente de total normalidad. Nones. Me lo creo tanto como la rojez de Chacón y sus compañeros de filas. Que traguen, pase; pero no les veo aplaudiendo, por mucho que me aseguren que el ejército ya no es el de los tiempos del fusil con mirilla desviada de Manolo Manzaneque. También había cambiado la Guardia Civil, y por lo pronto quienes pusieron a prueba la buena disposición de los mandos se chuparon 13 semanas de suspensión de empleo y sueldo. Ne. Ponte tú a pasarlo.

Por eso es que sólo le faltaba ser negra. O marroquí. O ecuatoriana. Y además lesbiana, y a poder ser casada en el Ayuntamiento de un pueblo conservador y cerril. Pero no conviene abusar. Bastante es con el susto que, por el momento presente, se habrán llevado quienes pensaron que las cosas de matar sólo tenían voz de mando rasposa y plagada de testosterona. Oiga, no. Estamos en el siglo XXI, y algunos empezamos a creernos que nuestros administradores también se lo están creyendo. Crucemos los dedos.

Crucemos los dedos, y que llegue todo el aire fresco que se necesita: Papas de Roma que den su bendición al preservativo, show business que busque algo más que el espectáculo con moralina, presidentes de patronal que no miren con ojos de petrodólar, un Nelson Mandela por cada desgraciado país africano, jeques arábigos a los que no reciban mequetrefes encorbatados... Me llamarán iluso, pero quién nos iba a decir, hace sólo diez años, que al frente de Defensa hubiera una mujer. Tiempo al tiempo.

Publicado el 15 de abril de 2008. Página 5

20080406

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Malos tiempos para la economía...

Sus amigos le ponen a caer de un guindo. Con la risita floja típica de quien piensa “qué capullo. vaya unas historias que se cuenta”, pero con los inconfundibles ojillos saltones de quien se pone en guardia. Lo mismo es cierto, rumian; lo mismo... lo mismo hasta es verdad.



Fue el pasado fin de semana, allí en los orígenes de donde procedemos los cuneros más odiados de toda España, tanto la profunda como la ilustrada. Eso es, en la Villa y Corte. O más bien, en uno de sus muchos pueblos de la hipermegapija Sierra madrileña. Alpedrete, que mira tú por donde, empieza y termina igual que esta ciudad. Pero nadie canta Alpedrete, rima y vete.
Dos amigos y con sus encantadoras parejas. Amigos de toda la vida, de esos que cada vez es más difícil encontrar (lógico, cada vez nos queda menos vida). Y así, entre carantoña y ambiente libre de humo (“el niño, el niño”), echaron la tarde.

Los dos se ocupan en negocios vinculados a la construcción, que como todos ustedes saben está más bien con el tembleque por toda bandera. Ya saben que media España, y la otra mitad, no saben qué hacer para repeler sus nefastas consecuencias de la burbuja.

Y entonces se lo dijo. Según, vieja sabiduría, “malos tiempos para la economía, buenos tiempos para los periodistas”. A saber por qué, pero dice que es un clásico, que funciona siempre. Disculpen la simplicidad, pero aunque sólo sea por la conocida Ley de Atracción, a base de pensar que te puede ir mejor, lo mismo te va mejor.

No lo tiene tan claro el presidente de la Asociación de Periodistas de Albacete. Armando Jiménez considera que se ha perdido para siempre la oportunidad de dignificar este noble pero sacrificado trabajo. Me pregunto cuándo se ha perdido: hace una semana, hace un año, hace un siglo... Lo confieso, hablo sólo con la información de la nota de prensa. Me faltan datos.
Me viene a la memoria la canción de Silvio, Playa Girón, aquella de “compañeros poetas...”. Y casi sin salir de la tonadilla, prosigo con lo de “me urge saber qué tipo de adjetivos se deben usar para hablar” de esta profesión, “sin que se haga sentimental, fuera de la vanguardia o evidente panfleto”.

Por ejemplo, todo periodista que crea en su labor sigue sin aceptar que le tosan sobre cómo se debe contar una historia. Y así ha de ser: debe resistirse. Porque incluso en tiempos de Internet, bautizados como Era del Periodismo 3.0, el profesional digno sigue siendo portador de un mensaje exclusivo: ingenioso, pragmático, ágil, sabio, inspirado, sensible, creativo y, claro, comunicativo, según ha establecido en fechas recientes el comunicólogo peruano Guillermo Cullel.

Eso, o convocar una mesa sobre cómo mantener la ética ante las presiones de los grupos de interés, son formas de dignificar un trabajo. Es necesario, pero... ¿será posible?

Publicado el 5 de abril de 2008. Página 3