Madrugón de aúpa el que nos pegamos hace un año, el 5 de febrero de 2008, aquí el firmante junto con Pablo Lorente (redactor gráfico) y Josué (cámara de televisión). Caja Castilla La Mancha presentaba sus cuentas en Toledo, y había que estar a las 11 de la mañana. A las 8.15 AM, con el café aún recorriendo el esófago, pisábamos el acelerador y nos poníamos rumbo al infinito mundo de las finanzas. ¿Infinito?
"Existen las películas cinco estrellas, y existen también los modelos de gestión cinco adjetivos. El de Caja Castilla La Mancha (CCM) entre ellos, que cierra su informe económico con los cinco calificativos que dan sentido a su actividad en el último ejercicio: intensa, rigurosa, rentable, eficaz y solidaria". Con este párrafo se iniciaba la crónica de la presentación de las cuentas 2007 de CCM, publicada hace ahora justo un año, el 5 de febrero de 2008.
La entidad,
sobre la que arrecian las dudas con que la presente coyuntura salpica
a toda la banca, podía presumir de dar el do de pecho. Una ratio de morosidad del 0,4 por ciento, frente al 1 por ciento en la media del sector; un incremento del 15 por ciento en los beneficios; más de 2.400 empleados; y una cifra inédita en obra social, rozando los 33 millones de euros. ¿Corderos con piel de lobo? ¿Tanto o
más que la actualidad, no siempre inocente de disfrazar los intereses editoriales?
Sobre eso, sobre lobos, corderos, y la relación de ambos con las corbatas, era sobre lo que con más libertad se podía hablar entonces (y quizá ahora), cuando empresarios, finanzas y poder político se dan la mano. Así que no había otra opción...
"Casi se la quita. Si el amo del mundo no lleva corbata (y no le ha ido mal), el amo de CCM tampoco tiene por qué soportar la guillotina de seda más allá de los datos oficiales de la rueda de prensa. La banca, como la policía, no es tonta, y sabe que en los tiempos que corren, además de la batalla de los hechos, hay que ganar la de la credibilidad. Y los periodistas, para bien o para mal, han desterrado hace lustros (y parece que fue ayer), el invento del diablo que un mal regimiento de mercenarios croatas llevó a las dependencias de Luis XIV. De cómo la hravatska, palabra que significa “croata” en croata) llegó a nuestros tiempos en forma de infumable elegancia, es menester de otras crónicas.
No obstante, es de señalar que un financiero puesto al día lleva anudado al cuello el guión de cómo resultar creíble, más que la tela corbatil propiamente dicha. Hernández Moltó es de los que no se sale. Por capricho de la genética, no puede evitar al interlocutor que perciba un tono de familiaridad: quiera o no, se parece a De la Quadra-Salcedo (o don Tomás a él). Resulta televisivo, agradable, cercano. Ya ven, todo un lobo de las finanzas, con apariencia de mascota.
El resto es todo cosecha suya, y de sus asesores. Ningún periodista desconoce los artificios de los gabinetes de prensa. Lo mínimo es contar a los lectores si se hacen bien los deberes. Y en la CCM se hacen con holgura. Con corbata. E incluso sin ella."