En tres retazos

Al mismo que me condena Articulos de Alfonso Piñeiro, publicados en cualquier soporte,
con memoria o sin fortuna, que llegaron o que no quisieron quedarse...
y algún experimento de periodista que busca su espacio en la red

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Confidencialba Mi actual proyecto profesional, del que soy editor.
Sus principios son independencia, crítica, certeza e información.

También en Twitter y en el desaparecido Soitu.es

ContraTitulares Primera experiencia blogger.
Única referencia durante mucho tiempo con ese término en Google.
La aventura terminó cuando dejé Madrid por Albacete... pero cualquier día regresará

Adios, Madrid

20100521

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Váyase usted también ahí, ahí mismo, a la P.M.

Recibo en el e-mail esta carta de un funcionario en un foro, y no puedo hacer otra cosa que tratar de redifundirla.

Resulta que en la década prodigiosa del pelotazo, cuando media España se lo llevaba caliente a casa, cuando un encofrador sin estudios se embolsaba tres mil euros, cuando hasta el último garrulo montaba una constructora y en connivencia con un par de concejales se forraba sin cuento, cuando un gañán que no sabía levantar tres ladrillos a derechas se paseaba en Audi, los funcionarios aguantaban y penaban. Nadie se acordaba de ellos. Eran los parias, los que hacían números para cuadrar su hipoteca, hacer la compra en el Carrefour y llegar a fin de mes, porque un nutrido grupo de compatriotas se estaba haciendo de oro inflando el globo de la economía hasta llegar a lo que ahora hemos llegado.

Y ahora que el asunto explota y se viene abajo, la culpa del desmadre… es de los funcionarios. Los alcaldes, diputados y senadores que gobiernan la cosa pública a cambio de una buena morterada no son responsable de nada y nos apuntan directamente a nosotros: somos demasiados, hay que ultracongelarnos, somos poco productivos. Los responsables bancarios que prestaron dinero a quienes sabían que no podrían devolverlo tampoco se dan por aludidos. Todos los intermediarios inmobiliarios, especuladores, amigos de alcalde y compañeros de partida de casino de diputado provincial no tenían noticia del asunto. Nosotros sí. Como diría José Mota: ¿Ellos? No. ¿Nosotros? Si. Siendo así que ellos? No. Por tanto, nosotros? Si.

20100512

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Mi lobezno y el euro helénico

Publicado en Confidencialba como Columna del Editor

A veces me sorprende hasta qué punto el personal puede llegar a confundir las churras con las merinas. Porque además de eso va: de ovejas. Y de los que se las comen en plan salvaje, con las fauces sangrientas, aullidos estentóreos, instinto asesino y demás vituperios y vilipendios que le caen a los pobres animales a los que me refiero.

Es decir, a los lobos. Porque andan ahora echándoles a los pobres, a los “lobos” especuladores, la culpa de todos los meneos que se está pegando la bolsa, acumulando festines de ganancias en unas pocas manos, pérdidas descomunales en unas muchas, y que se invita a rondas de chupitos broteverdianos a cuenta de saber que los intereses griego, portugués, español y ya veremos si italiano e irlandés, le van a pagar las copas, el baile, las putas y el desayuno a los matones gabacho y teutón.

20100506

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Con libros y con teorías, mejor que con sangre

Visión personal de la presentación del libro colaborativo "Open Government", coordinado por César Calderón y Sebastián Lorenzo. Miércoles, 5 de mayo de 2010, 19.30, Fundación Ortega y Gasset (c/ Fortuny, 53).


Clic en la imagen derecha: acceso al PDF de una revista imaginaria: Net-tec@. Diseño y maquetación del autor del texto.

Conozco a César Calderón desde los tiempos inmemoriales de mi primer blog, ContraTitulares. Una bitácora dormida desde hace más de tres años pero que me permitió entrar en contacto con alguien que, de aquellas, pergeñaba una red digital de perfil progresista. Con el tiempo ha devenido en un espacio de referencia indiscutible a la izquierda de la red: Lasideas.es. César, o Netoratón, nunca ha ocultado su militancia ideológica. Y bien que hace: quien evangeliza sobre la transparencia debe dar ejemplo, si quiere resultar creíble.

A Ortiz de Zárate, aunque él no lo recordará, también lo conozco de mi aún reciente etapa albaceteña –no lo recordará en parte por eso, porque La Mancha nace y muere en La Mancha–. La llamada “capital del llano” presume, con o sin razón, de estar a la vanguardia en la participación ciudadana. Y el teléfono y las fuentes me llevaron a donde debían llevarme: a la lehendakaritza, al Gobierno vasco. Esto es, al lugar donde se están dando pasos en la dirección que sí o sí marca la agenda política de futuro: el Gobierno Abierto, la puesta de los documentos públicos al servicio y al alcance de la ciudadanía. Poner a la clase dirigente en continua fase beta. A prueba. Experimentando. Obligándola a implicarse más allá de la cita electoral cada cuatro años.

Hasta ayer, con motivo de la presentación del libro colaborativo que nos ocupa, no tuve el placer de “desvirtualizarlos”, como se dice en el siempre guerrillero lenguaje de Internet. Ponerlos en tres dimensiones. Saber que se les puede tocar, y que no son intocables. Quizá esta última idea sea la que más y mejor nos acerque a esa idea del Gobierno Abierto.

Los gobiernos, sean del tipo que sean, las instituciones en general, deben abandonar el aire de superioridad que históricamente les ha acompañado. Y se dice bien deben. Calderón, Zárate y sus contertulios Rafael Ceballos y Jesús Sánchez Lambás coinciden en una idea: ahora que la ciudadanía puede acceder a todo tipo de información de manera casi instantánea, mediante el uso de las nuevas tecnologías, una institución que corte el acceso genera desconfianza. O apatía. O, peor aún, desafección. Si se da por válido que la desafección es el germen sobre el que un autoritarismo puede crecerse, cualquier político con convicciones democráticas debe saber que la salvación del concepto “democracia”, con tintes de izquierda o de derecha, debe esforzarse por desactivar ese veneno llamado desafección.

Ese es el camino por andar. Y estos son sólo los primeros pasos. Al otro lado de varios charcos, como Estados Unidos o Australia, los dirigentes se han puesto las pilas. Han incentivado el compromiso de los empleados públicos; han tratado a sus administrados no como rebaño, sino como usuarios autónomos, adultos y con criterio.

Podrá concebirse esta aventura como utopía irrealizable. De igual modo reaccionaron las monarquías absolutas ante el auge de las ideas liberales. Y la burguesía ante el advenimiento del movimiento obrero. Es hora de dar un paso más. Y con libros y teorías, mejor que con sangre.

20100504

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Stainway de las finanzas y sindicatos embarrancados

El desempleo descendió en abril en 24.000 personas. Hay quien se alegra y todo

Volvemos a las tasas de paro de antes de la crisis, sonríen ufanos desde nuestras portavocías oficiales. ¡Claro, de toda la vida de Dios! 24.000 parados menos, sobre más de 4.100.000 según las cifras oficiales, son indicio claro, exacto, potente e indiscutible no ya de aparición de los brotes verdes, sino de reactivación de la economía en su conjunto, forja de la recuperación, despedida del bache para otros diez años de festín, y tira millas que a la próxima racha de crecimiento no hay quien le ponga freno.

O quizá va a ser que no. Quizá va a ser que en esta España cainita de reinos de taifas por doquier todavía cuesta mucho desprenderse de las joyas de la corona que son las cajas de ahorro. Porque esos Stainway de las finanzas, no nos olvidemos, han alentado todo tipo de aventurerismos inmobiliarios, de irresponsabilidades industriales y de favores políticos a precio de saldo, a cambio de que nadie se mueva de la foto y cierren filas, todos a una, en torno a la figura del gran Mesías que dirige las riendas políticas de cada patria chica.

Va a ser que en esta España de espantapájaros industriales, la patronal de las marsanes quebradas permite a los sindicatos embarrarse ellos solitos en el discurso de los días de despido por año trabajado, en lugar reclamar oportunidades reales de negocio para los cuatro millones de proyectos quebrados de este país. Atención: el 40 por ciento de los nuevos negocios se ponen en marcha desde el desempleo. Ahora bien, ¿cuántos aguantan el tirón del primer año de vida? ¿Cómo hacerlo cuando el autónomo se ve obligado a declarar por aquello que factura pero cobra a 180 días... si es que cobra? Y la patronal, que es lo suyo, encantada: la peña con el trasero prieto por si pierde comba, se queda sin curro y se va a pasar frío en la calle. Que lo hace. Claro que lo hace. ¿Productividad? Claro, con pólvora del rey.

Pero para la España oficial, tanto la de quienes la dirigen –perros con collar rojo hoy, azul mañana–, lo importante es que las cifras del paro den un respiro: un 0,5% menos de parados que en el mes anterior. Quieras que no, supone todo un mes de alivio para preparar más menús de propaganda, y perpetrarlos cuando corresponda: en la próxima intervención del Banco de España, en el siguiente batacazo del Ibex 35, o cuando se trate de explicar por qué las cifras de la EPA no coinciden con las del SPEE. Qué país. Es para sentarlos a todos en el banquillo. El de los acusados, no; el de los reservas. Aunque por menos le buscan las cosquillas a un juez.