En tres retazos

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Adios, Madrid

20100506

Con libros y con teorías, mejor que con sangre

Visión personal de la presentación del libro colaborativo "Open Government", coordinado por César Calderón y Sebastián Lorenzo. Miércoles, 5 de mayo de 2010, 19.30, Fundación Ortega y Gasset (c/ Fortuny, 53).


Clic en la imagen derecha: acceso al PDF de una revista imaginaria: Net-tec@. Diseño y maquetación del autor del texto.


Conozco a César Calderón desde los tiempos inmemoriales de mi primer blog, ContraTitulares. Una bitácora dormida desde hace más de tres años pero que me permitió entrar en contacto con alguien que, de aquellas, pergeñaba una red digital de perfil progresista. Con el tiempo ha devenido en un espacio de referencia indiscutible a la izquierda de la red: Lasideas.es. César, o Netoratón, nunca ha ocultado su militancia ideológica. Y bien que hace: quien evangeliza sobre la transparencia debe dar ejemplo, si quiere resultar creíble.

A Ortiz de Zárate, aunque él no lo recordará, también lo conozco de mi aún reciente etapa albaceteña –no lo recordará en parte por eso, porque La Mancha nace y muere en La Mancha–. La llamada “capital del llano” presume, con o sin razón, de estar a la vanguardia en la participación ciudadana. Y el teléfono y las fuentes me llevaron a donde debían llevarme: a la lehendakaritza, al Gobierno vasco. Esto es, al lugar donde se están dando pasos en la dirección que sí o sí marca la agenda política de futuro: el Gobierno Abierto, la puesta de los documentos públicos al servicio y al alcance de la ciudadanía. Poner a la clase dirigente en continua fase beta. A prueba. Experimentando. Obligándola a implicarse más allá de la cita electoral cada cuatro años.

Hasta ayer, con motivo de la presentación del libro colaborativo que nos ocupa, no tuve el placer de “desvirtualizarlos”, como se dice en el siempre guerrillero lenguaje de Internet. Ponerlos en tres dimensiones. Saber que se les puede tocar, y que no son intocables. Quizá esta última idea sea la que más y mejor nos acerque a esa idea del Gobierno Abierto.

Los gobiernos, sean del tipo que sean, las instituciones en general, deben abandonar el aire de superioridad que históricamente les ha acompañado. Y se dice bien deben. Calderón, Zárate y sus contertulios Rafael Ceballos y Jesús Sánchez Lambás coinciden en una idea: ahora que la ciudadanía puede acceder a todo tipo de información de manera casi instantánea, mediante el uso de las nuevas tecnologías, una institución que corte el acceso genera desconfianza. O apatía. O, peor aún, desafección. Si se da por válido que la desafección es el germen sobre el que un autoritarismo puede crecerse, cualquier político con convicciones democráticas debe saber que la salvación del concepto “democracia”, con tintes de izquierda o de derecha, debe esforzarse por desactivar ese veneno llamado desafección.

Ese es el camino por andar. Y estos son sólo los primeros pasos. Al otro lado de varios charcos, como Estados Unidos o Australia, los dirigentes se han puesto las pilas. Han incentivado el compromiso de los empleados públicos; han tratado a sus administrados no como rebaño, sino como usuarios autónomos, adultos y con criterio.

Podrá concebirse esta aventura como utopía irrealizable. De igual modo reaccionaron las monarquías absolutas ante el auge de las ideas liberales. Y la burguesía ante el advenimiento del movimiento obrero. Es hora de dar un paso más. Y con libros y teorías, mejor que con sangre.

1 comentario:

  1. Espectacular la revista que has maquetado y editado, ha sido un placer desvirtualizarte. Gracias!

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