En tres retazos

Al mismo que me condena Articulos de Alfonso Piñeiro, publicados en cualquier soporte,
con memoria o sin fortuna, que llegaron o que no quisieron quedarse...
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Adios, Madrid

20080701

Muy, pero que muy tarde

Gol. Gol. ¡¡Gol!! A ver, si no, con qué palabra les engaño hoy para que sigan leyendo. Hale, pues sí, pues va de fútbol. Quizá no se lo parezca, pero se los juros que sí, que va de balompié, de cultura patria y de todas esas cosas que hinchan los corazones en las resacas de las eurocopas.



Como va de fútbol, permítanme que cometa penalty. Que ya lo entenderán. Digo, al momento presente, que están tardando todos esos, todos esos españolitos de mirada desviada y conciencia social fofa, todos esos que han alentado, consentido, espoleado y aplaudido que los jerifaltes europeos aprueben ciscarse en los derechos humanos de Moustafá, Sulaiman, Víctor Francisco y millón y pico de nuevos vecinos, por el simple hecho de no tener los papeles en regla. Que como todos ustedes saben es un delito que te rilas, un peligro para la seguridad que ni te menees, lorito. Entre un chorizo con recortada y un morito indocumentado, no sé ustedes, pero yo no lo dudo: me echo en brazos del caco, que es un santo al lado del otro. ¿Qué se habrá creído, viviendo en essssPaña y sin una ñorda papel que le acredite? Un aprovechao, fijo.

Están tardando, como digo, todos esos españolitos sin conciencia de clase, sin clases de Historia y sin memoria de pueblo mestizo; todos esos españolitos, y europeítos, que se creen muy importantes y muy señoritos porque tienen dos coches, una pantalla de plasma y un petardo diario en el asiento del curro, lamiendo traseros y agachando orejas, no vaya a ser que me receten las vacaciones sin fin, piensan, los muy tordos; todos esos fulanos de tal y pascual que se han hinchado en los últimos cinco, diez, quince años, a esputar sandeces: papá, me quitan el curro; mamá, me quitan las plazas de guardería; yaya, me quitan las camas del hospital; jopetas, me quitan las becas, y trafican con drogas, con armas o con mujeres. Y huelen mal. Y no se adaptan. Y erre que erre: qué se habrán creído, estos negros, estos sudacas, estos moracos.

Tardan, están tardando, y no van a reaccionar. Ni siquiera se dan cuenta. No se imaginan que pueda ir con ellos. Y además es que no tienen ni repajolera idea. “Que vengan, pero con papeles”, exabruptan. Venga, vale. Muy bien, chaval, te reto, te reto una y cien mil veces, a que salgas de España y trates de entrar, como si fueras extranjero, con los papeles en regla. A ver si puedes, listo. Porque va a ser que no, primo. Mira por dónde. Va a ser que venir como currito es decididamente imposible según de qué país procedas, y según qué es lo que sepas hacer. Pero es que, chato, allí o te mueres de hambre o te pegan un tiro. Qué dices. Venga, hombre, qué dices. ¿A que te quedas esperando tan ricamente? Pues no, claro: te buscas las habichuelas como sea y te embarcas en lo primero que pilles, se llame patera, camión o Aerolíneas Bolivarianas, y echas los dados a ver si sale siete. Total, a peor ya es imposible.

Dale. Ya estás en España. Y ahora viene otro espabilao a decirte que curres, pero legal. Vale, nene. Te cuento por encima: un empresario decide que necesita un puesto y que lo va a cubrir Boris, recién llegado y que, rediós, es ingeniero como no hay par. Pasos a seguir: consultar al INEM si hay nacionales para ese puesto; si la respuesta es negativa (cuando le llegue, que esa es otra), decirle al menda que sí, que se vuelva a su país, y que ambos, empresario y currante, se pongan de acuerdo a través de embajadas, consulados y similares. Total: seis mesecitos de nada. Que, como todo el mundo sabe, es un tiempo más que “prudencial” para la ley de oferta-demanda en el mercado de trabajo, en los tiempos globalizados que dicen que vivimos. ¿Globalizados? De pelotas. No será para la mano de obra, no. No precisamente.

No sé en qué parte del relato se parten ustedes el ojal. Yo desde el primer paso, ese de consultar al INEM (sorry, ahora se llama SPEE), si hay nacionales dispuestos. Pero, chorra, ¿no será mejor que un trabajo lo haga el más preparado, y no el que haya tenido la potra de nacer en un país? Cuidadín, que así empezó Adolfo en Alemania, años 20, y ya sabemos cómo acabó. Mientras, hay quien sigue tardando. Demasiado.

¿En qué tardan tanto algunos? En saber, ahora que están con los ojos llenos de pan por el golito (no fue golazo, no odamos la marrana) de Torres, y las dos o tres palomitas de Iker, que si su egoísmo, insolidaridad y putrefacción intelectual fueran aplicados por igual en todos los campos, Marcos Senna tendría que estar enchironado en un centro de acogida. Pero, claro, siempre ha habido clases. ¿Será eso, será que hay clasismo, en lugar de racismo? ¿Será que molesta más el pobre que el extranjero? Pues a lo mejor el siguiente paria es usted. ¿Piensa seguir tardando? Usted mismo.

Publicado el 1 de julio. Página 5.

1 comentario:

  1. Primoooooooooo, veo que sigues en forma. OYe cabronazo, no me quieras tanto y escríbeme de vez en cuando. Bueno, la noticias es... que tengo mi propio blog!!! VIVIRPARACONTARLOCO.BLOGSPOT.COM

    Te he incluído en mis direcciones de blogs favoritas (dándote publicidad gratuita, vamos) A ver si le echas un vistazo. He colgado un report de mexico y una entrevista.
    Saludos!!!

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