En tres retazos

Al mismo que me condena Articulos de Alfonso Piñeiro, publicados en cualquier soporte,
con memoria o sin fortuna, que llegaron o que no quisieron quedarse...
y algún experimento de periodista que busca su espacio en la red

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Confidencialba Mi actual proyecto profesional, del que soy editor.
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También en Twitter y en el desaparecido Soitu.es

ContraTitulares Primera experiencia blogger.
Única referencia durante mucho tiempo con ese término en Google.
La aventura terminó cuando dejé Madrid por Albacete... pero cualquier día regresará

Adios, Madrid

20091202

Navegando a la deriva

La columna del editor en Confidencialba


En Izquierda Unida (IU), andan con la mosca detrás de la oreja a propósito de lo que debería ser el siglo XXI: la conectividad, la globalización, lo digital. Es decir, Internet. Argumentos para la molestia no les faltan. Que tengan o no razón es otro cantar. Pero se entiende: sus redes sociales están a años luz de las que con aparatos mucho más poderosos y potentes han logrado desarrollar los dos grandes partidos, pero además de que esa presencia digital no se ve correspondida en las urnas, ni en la intención de voto, no existen para la opinión pública oficial. Para la que, todavía hoy, configura el decreciente "cuarto poder".

El último reportaje en La Verdad de Albacete, titulado Los políticos manchegos se apuntan a las redes sociales, les ha terminado de convencer: por la razón que sea, los líderes de IU no cuentan. Es sorpendente el caso del coordinador provincial, Luis Ángel Aguilar, que utiliza el propio espacio de bitácoras del diario de Vocento como mirror (réplica) de su blog, La Terca Iutopía. Pero ni esta iniciativa, ni su presencia en la red de microblogging Twitter, que es la primera de un político albaceteño en este espacio, resultan citadas en el texto. Tampoco se hace mención alguna a los blogs del coordinador regional, el albaceteño Daniel Martínez, ni del federal, el castellano-manchego Cayo Lara.

A proposito del de Argamasilla de Alba, una de las voces insistentes en las bambalinas políticas es que su elección al frente de Izquierda Unida no tiene más misión que la de oficiar de enterrador lo más digno posible para subsumir a la formación en un cuadro residual de intelectualidad izquierdista, o bien para que de las cenizas surja un proyecto político nuevo que hoy por hoy no conciben propios ni extraños. El supuesto enterrador siempre niega semejante tarea y, es más, advierte que el intento continuo por sepultarles bajo la herencia de los crímenes soviéticos, que llevan a cabo tanto el centro-derecha como un sector de la socialdemocracia, es prueba irrefutable de que, pese a quien pese, IU sigue siendo una alternativa real.

En Internet, al menos, su presencia está probada. No sólo es que sus líderes "estén al día" y se manejen como pez en el agua (al menos, más que la media de la clase política), por servicios como Wordpress, Facebook, Twitter, Blogger o MySpace. No sólo eso. También cuentan con algunos de los engranajes de información que reciben más visitas, como Red Progresista o La República. Desde luego, más visitas de las que, en porcentaje escalado, reciben en forma de votos en las urnas. Frente a ellos, los dos grandes partidos viven encastillados en sus páginas web, con excepciones, caso de la magnífica gestión de la identidad digital del lehendakari, Patxi López.

Una de esas redes presenta una concepción muy a la vanguardia, como es el caso del agregador de blogs I love IU, tan alejado de la doctrina de partido que es imposible navegar por esta web y encontrar un solo rastro de la imagen corporativa de la coalición. Ni logotipos, ni agitprop ramplón. Sólo artículos y más artículos sobre un diseño tan sencillo como amable para la lectura. Y una lista de enlaces en la columna izquierda, liderada una vez más por las dos redes sociales del momento: Facebook y Twitter.

La pregunta está servida: ¿qué es lo que falla para que ese respaldo en el mundo Internet no encuentre su acomodo en el mundo real? ¿Es que los internautas no votan? ¿O es que la ingente masa electoral de populares y socialistas no tienen habilidades para la web? Cualquiera de la dos cuestiones es inquietante: la primera, porque estaría hablando de la formación de un nuevo cuerpo político, aun marginal, pero con herramientas de futuro, y que se juega la esencia y la existencia al margen de las actuales reglas democráticas; la segunda, porque plantearía una contradicción intrínseca con los balances oficiales sobre penetración de la web en los hogares españoles, y porque desautorizaría las cuantiosas inversiones que tanto PP como PSOE destinan a sus herramientas web.

Una de las explaciones, quizá no definitiva pero sí suficiente, es que la red ha amplificado la endémica pugna interna de la coalición, que sus dirigentes han tratado de vender como pluralidad manifiesta, pero que tan bien sirve en bandeja la cantinela de la "izquierda desunida". Basta con unas mínimas nociones de navegación para darse de bruces con uno de los blogs históricos de la "izquierda transformadora", A sueldo de Moscú, y leer las cuchilladas entre compañeros: entre otras, las tensiones permanentes entre los miembros de IU críticos con el PCE y viceversa, los militantes de base comunistas que "desprecian" como minoritarios a los restantes colectivos.

Otro razonamiento, también parcial pero estridente, es la evolución "natural" de algunos históricos que, emulando a Santiago Carrillo, abandonan el comunismo y se abrazan a la fe del socialismo. Sobran ejemplos en Albacete, aunque ninguno tan renombrado como el de la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar. En cuanto a las sucesiones, nada tan complicado como llenar el hueco dejado en su día por Julio Anguita, todavía invocado por muchos votantes del PP y del PSOE como "ese sí que era un tipo que valía la pena". El nuevo secretario general del PCE, José Luis Centella, es demasiado reservado y "chapado a la antigua" como para generar entusiasmo, y el papel de Lara como coordinador general de IU no tiene la mínima, pero necesaria, visibilidad en el Congreso de los Diputados.

Y, además, cabría preguntarse si IU goza de las simpatías de los internautas de perfil progresista, pero no acaba de casar con su espíritu. Una de las propiedades del mundo Internet es que globaliza, pero no es colectivo. La web es un gran almacén de ideas, un gran vertedero de palabras, muchas veces un estercolero, pero no es un bien de dominio público. Iniciativas brillantes como Wikipedia, o la comunidad linuxera, se alimentan de las aportaciones de miles de usuarios anónimos, pero se mueven por impulsos extremadamente individuales: cada internauta tiene sus razones para aportar, leer, saltar de una página a otra y si algo tiene claro es que no es encorsetable. El usuario de Internet se sabe y se ama libre. Sin banderas. Sin colores. Aglutinar esa fuerza es posible, pero la izquierda política ha demostrado una incapacidad manifiesta a la hora de trasladar su fuerza digital a la representación parlamentaria.

En todo caso, existe un interés y unas motivaciones compartidas por las que la avanzadilla de la sociedad del conocimiento y la vida pública "real" no están en la misma onda. Lo que puede ser el germen de cualquier movimiento ciudadano hoy por hoy imprevisible. Es por ello por lo que conviene prestar atención al fenómeno, al margen de las ideas y del voto que cada cual profese.

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